Título Original: Le Petit Prince
Año: 1943
Autor: Antoine de Saint Exupery
Sinopsis: «El Principito habita un pequeñísimo asteroide, que comparte con una flor caprichosa y tres volcanes. Pero tiene “problemas” con la flor y empieza a experimentar la soledad. Hasta que decide abandonar el planeta en busca de un amigo. Buscando esa amistad recorre varios planetas, habitados sucesivamente por un rey, un vanidoso, un borracho, un hombre de negocios, un farolero, un geógrafo… El concepto de “seriedad” que tienen estas “personas mayores” le deja perplejo y confuso. Prosiguiendo su búsqueda llega al planeta Tierra, pero, en su enorme extensión y vaciedad, siente más que nunca la soledad. Una serpiente le da su versión pesimista sobre los hombres y lo poco que se puede esperar de ellos. Tampoco el zorro contribuye a mejorar su opinión, pero en cambio le enseña el modo de hacerse amigos: hay que crear lazos, hay que dejarse “domesticar”. Y al final le regala su secreto: “Sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”. De pronto el Principito se da cuenta de que su flor le ha “domesticado” y decide regresar a su planeta valiéndose de los medios expeditivos que le ofrece la serpiente. Y es entonces cuando entra en contacto con el aviador, también el hombre habrá encontrado un amigo…»
A principios de año me apunté al reto de leerme 10 Libros Clásicos en el 2012 ya que hace tiempo que tengo echado el ojo a varios título conocidos publicados antes de 1950 y pensé que sería una motivación para hincarles el diente.
Y El Principito era uno de ellos. Como la gran mayoría sabrá, El Principito es una especie de cuento infantil en el que a través de un jovencito ‘extraterrestre’ vemos la maldad y poca imaginación que hay en el mundo y nos hace recapacitar sobre un montón de puntos importantes (la vida, el amor, la amistad…).
Os diría que aunque tenga pinta de cuento, no es para niños, ya que tengo que reconocer que ni yo misma creo haber comprendido todo lo que el autor nos quería transmitir con la obra.
Una obra para reflexionar.
Una respuesta a “El Principito de Antoine de Saint Exupery”